Como un tesoro rescatado de un antiguo palacio oriental, esta mesa de centro en cobre repujado es una joya que transforma cualquier rincón en un escenario lleno de historia y encanto.
Su superficie, rica en detalles ornamentales, refleja la luz con delicadeza, mientras que sus patas esbeltas elevan su elegancia con sutileza.
Ideal para quienes buscan una pieza única que hable de belleza atemporal, con alma y carácter propio.
No es solo una mesa, es un poema en metal que decora y cuenta historias.